México es una economía mixta: su PIB se ubica entre los 20 países más grandes del mundo, algunas ramas industriales tienen presencia global y su fuerza de trabajo es competitiva a nivel internacional; sin embargo, su desempeño en las últimas décadas ha sido ínfimo al grado de que, después de la caída de 2020, fue uno de los países latinoamericanos con la recuperación económica más lenta. ¿Cuál es la realidad que enfrenta la economía mexicana?
El crecimiento del PIB en México fue de 1.8% anual de 2009 a 2021, desempeño inferior al de Chile, Colombia y Perú, con tasas de crecimiento anual de 3.1%, 3.3% y 3.8%, respectivamente. Los datos del INEGI muestran que la inversión ha sido el componente del gasto de la economía con peor desempeño, con un incremento promedio de 0.5% anual, pasando de 21% del PIB en 2010 a 18% en 2020. La inversión privada crece lentamente, pero la inversión pública ha disminuido un 5% anual en la última década. La subinversión crónica es uno de los principales problemas.
Como resultado, la productividad total de los factores (INEGI) ha caído una media del -0,63% desde 2009. Refleja la falta de eficiencia de la mano de obra, el uso de capital, materiales y energía, y es testigo de la falta de cambio técnico. El problema es aún más significativo si se tiene en cuenta que el 20% de la economía se encuentra en el sector informal, cuya productividad es aún menor. Según la OCDE, la productividad laboral de México era la mitad de la de Estados Unidos en la década de los 90; su estancamiento ha ampliado la brecha a un tercio en 2020, superando el dinamismo de Chile, como se muestra en el siguiente gráfico.
El ámbito más dinámico de la economía es el sector exterior. De acuerdo con los datos del INEGI, las exportaciones e importaciones crecieron a un ritmo de 5.4% y 4.4%, respectivamente, desde 2009, alcanzando un saldo positivo en 2019 respecto a los bienes y servicios finales. Más detalladamente, la balanza de pagos muestra que las manufacturas pasaron de ser deficitarias a superavitarias en 2020. Una de las causas de este superávit fue el incremento en la exportación de productos automotrices.
La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) señala que México es el quinto exportador mundial de vehículos ligeros, el cuarto de autopartes y el séptimo fabricante de vehículos. De acuerdo con datos de Banxico, la industria automotriz representó el 32% del total de las exportaciones de manufacturas en 2019 y es la industria más dinámica de México, al crecer en promedio 10% anual de 2009 a 2019 y pasar de 10% a 20% de la manufactura nacional.
El desempeño de la industria automotriz parecería dar a México una posición fuerte en la industria global. Sin embargo, los salarios en términos reales han disminuido en la última década. Representan una parte menor del valor añadido bruto, a pesar del aumento absoluto del valor añadido de la industria del automóvil y del número de empleados. La situación es similar para el conjunto de la industria manufacturera. Si bien la producción aumenta, los salarios reales disminuyen en algunas industrias y se estancan, en el mejor de los casos, en otras. Ello refleja que gran parte de la industria manufacturera mexicana se especializa en actividades intensivas en mano de obra barata con escaso valor añadido.
El mercado estadounidense es el principal destino de las exportaciones mexicanas, con un 80% del total. El vecino del norte arrastra al país debido a las condiciones del T-MEC. Por otro lado, China arrastra a los países sudamericanos con mayores relaciones con ella.
El nulo crecimiento de los salarios reales también implica un menor ingreso de los hogares. Según la ENIGH, el ingreso promedio de los hogares se redujo de 15 mil a 14 mil del 2016 al 2020 y ha ido a la baja desde el 2008. En tanto, el coeficiente de Gini, una medida de la desigualdad del ingreso donde 1 es la desigualdad perfecta, ha oscilado entre 0,43 y 0,47 desde 2008, valores más altos que en Chile y Perú, según el Banco Mundial.
Afecta al bienestar de la población. Según la Comisión Nacional de Evaluación (CONEVAL), la población en pobreza extrema aumentó en más de 3 millones durante la última década. La población en situación de pobreza por ingresos ha aumentado en 7 millones de personas (cuadro 1), concentradas en los estados del sur-sureste.
El sector privado no parece capaz de corregir los problemas de la economía, y el gobierno ha optado por mantener un presupuesto equilibrado desde los años 80. La realidad económica es que el PIB, la inversión y la productividad están estancados desde hace más de una década. Al mismo tiempo, el dinamismo del sector exterior, fruto de la política de promoción de las exportaciones, es insuficiente para impulsar el crecimiento. El documento de Bela Balassa de 1978 es erróneo porque los encadenamientos hacia atrás son externos y no internos.
Por último, el salario mínimo en México es de 150 dólares al mes, lo que equivale a 1,8 días en Estados Unidos. La disparidad salarial de la mano de obra no calificada la saca de México y la lleva al mercado informal estadounidense, generando un problema migratorio no deseado y dejando al mismo tiempo el campo mexicano abandonado. Esta es la realidad a la que se enfrenta México.