La grave crisis migratoria por la que atraviesa una buena parte de países latinoamericanos, en particular los comprendidos en la franja mesoamericana (incluyendo Belice y Panamá), y población de diversos países caribeños y sudamericanos, en especial, Haití, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y Brasil (1), hace necesario plantear el establecimiento en el plazo más corto posible de un “corredor humanitario mesoamericano (CHM)”.
Como todos sabemos, las características del fenómeno de la migración irregular y sus causas son diversas, harto complejas y muldimensionales, y resulta imposible agotarlas analítica y descriptivamente en la mirada de solo un artículo.
Al respecto de este doloroso fenómeno macro social, se han producido en los últimos años una serie de importantes estudios y diagnósticos multidisciplinarios, tanto desde el ámbito académico como desde el quehacer de diversas entidades multilaterales de la región, y también desde diversas plataformas y coaliciones de organizaciones de la sociedad civil involucradas en la atención de este creciente flagelo (2).
El concepto de CHM aquí aludido no varía mucho del que se aplica en una situación de conflicto bélico. En esencia, el cuadro social resultante es el mismo; grandes desplazamientos de población altamente vulnerabilizada, sufriendo hambre, frío, enfrentado peligros y vejámenes de todo tipo, soportando extorsiones de agentes estatales corruptos y bajo la continua amenaza de secuestro y asesinato por parte de un enjambre de organizaciones criminales –locales y transnacionales- dedicadas a la trata de personas y a la extorsión (3).
Las cifras oficiales que dan cuenta de estos desplazamientos son alarmantes y cada vez más elevadas. En buena medida estas cifras han sido incrementadas debido a la grave crisis de ingobernabilidad, represión e inestabilidad política que se vive en muchos países, el desempleo crónico, la inseguridad ciudadana e impactos adversos de fenómenos climáticos extremos crecientemente desastrosos, que han afectado en los últimos años a numerosos países de Mesoamérica, el Caribe y de Sudamérica, efectos adversos potenciados por las negativas consecuencias socio-económicas producidas por la pandemia y el coletazo inflacionario derivado de la guerra en Ucrania (4).
El rol de EEUU en el drama migratorio
Muy recientemente Estados Unidos a través del presidente Biden, se ha autoproclamado como “líder regional” en la solución a la problemática de la emigración irregular desde Latinoamérica hacia ese país. Y para dar soporte a sus planteamientos propone la aprobación de US $ 3,200 millones para según dice él, “fomentar los Derechos Humanos y luchar contra la corrupción en la región” (5).
Estas intenciones pueden ser loables, pero a todas luces insuficientes, por varias razones. Una de ellas es que en la práctica las sumas de fondos realmente invertidos en la atención de las raíces de la migración irregular son claramente insuficientes ante la magnitud del drama social.
Es más, gran parte de estos fondos (si es que es que realmente son liberados), se quedan “atrapados” en la burocracia oficial, incluyendo a las de las propias agencias norteamericanas asentadas en la región, las que casi siempre resultan siendo las principales receptoras-administradoras de tal tipo de fondos federales.
De hecho, en las últimas dos décadas se vienen “lanzando” por parte de diversas administraciones gubernamentales norteamericanas grandes programas e iniciativas (Desde el famoso “Plan Puebla Panamá” hasta el fallido plan “América Crece” de Trump, pasando por el “Plan para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica”, dirigido por el propio Biden cuando era vicepresidente en el gobierno encabezado por Obama, y ahora la llamada “Iniciativa “Llamado a la Acción”, liderada por la vicepresidenta Kamala Harris) (6).
En la práctica se ha visto que estos grandes planes y programas solo terminan en más represión y criminalización de los migrantes irregulares, y en mayores compromisos y exigencias por parte del gobierno de EEUU para que los Estados de la región implementen mayores filtros en sus propias fronteras, cada vez más militarizadas.
Por otra parte, iniciativas de este tipo, por muy loables que puedan ser las intenciones en cuanto a respaldar la vigencia de los DDHH y reducir la corrupción gubernamental en la región, no ataca el problema de la emigración irregular desde sus raíces, muy ligadas a condiciones estructurales perniciosas en la mayoría de países latinoamericanos (enormes desigualdades socio-económicas, desempleo y pobreza crónica entre otras), ni tampoco enfrenta la tarea pendiente que EEUU tiene, al ser el principal receptor de esta emigración irregular, y en esto me refiero a la llamada “reforma migratoria”, tarea que distintos gobiernos norteamericanos sistemáticamente han postergado por décadas.
Y, por supuesto, nada de estas causas de fondo podrán ser enfrentadas tan solo a partir de una Cumbre Presidencial (“Cumbre de las Américas”), como la convocada por EEUU para la primera semana del próximo mes de junio (2022), la cual según diversos analistas, responde más a la estrategia política del gobierno encabezado por Biden, de cara a las próximas elecciones de medio término que se realizaran en noviembre de este año en los EEUU, para generar simpatías en el voto hispano y para contrarrestar las campañas anti inmigratorias de la oposición al frente de los republicanos.
El rol de la CEPAL y sus propuestas para reducir la emigración irregular
A partir del aceleramiento de la incontenible espiral de la migración irregular desde Latinoamérica hacia los EEUU, la CEPAL elaboró y presentó una propuesta de alcance intermedio (en términos temporales o de plazos) para afrontar este fenómeno, y la estructuró a través de la definición de 4 ejes o pilares (Desarrollo Económico, Bienestar Social, Respuesta al Cambio Climático y Gestión Integral del Ciclo Migratorio), con un monto global de 45 mil millones de dólares y a través de la ejecución de 114 proyectos concretos (7).
Ante la presentación de esta propuesta de la CEPAL en el año 2021, México, a través de su presidente López Obrador, asumió el compromiso de liderar su implementación en la región mesoamericana, postura muy valiosa, más sin embargo hace falta un mayor compromiso y acompañamiento de otros líderes democráticos de la región.
Por otra parte, la propuesta de la CEPAL, independiente del actual estado incipiente de su aplicación, y en independencia de las metodologías a ser empleadas en su parte operativa, debería ser asumida solo como un “piso” y no como un “techo”, debido a la magnitud del fenómeno migratorio irregular y a la lentitud con la que estos programas pueden ser llevados a su implementación práctica.
El rol de las agencias de integración regional
De una forma u otra las actas constitutivas de los principales órganos de integración regional autonómica en Latinoamérica, se vinculan o tienen relación directa o indirecta con la mejora del bienestar general de la población.
Esto indica que, sin desmedro de su misión y atribuciones principales, su papel en la reducción del flagelo migratorio irregular resulta de una importancia crucial, no solo por sus perspectivas geográficas de atención institucional, sino también por sus capacidades técnicas multidisciplinarias y sus capacidades en cuanto a “apalancamiento político” para el desarrollo y empuje de sus intervenciones en ámbitos sociales y económicos.
Sin embargo, intervenir regional e institucionalmente en una problemática tan compleja y dinámica como la migración irregular, requiere que el conjunto de estas entidades de integración superen notorios problemas de anquilosamiento y burocratización, dos escollos importantes que impiden una funcionalidad operativa eficiente y eficaz. A su vez, de cara a esta problemática, requerirían realizar importantes readecuaciones intra-institucionales, en especial, en cuanto a su misión central, metodologías de trabajo a nivel nacional y alcances de sus capacidades operativas.
El rol de la sociedad civil organizada
Según mi modesto criterio, no existe ningún estamento tan idóneo para participar en la atención directa –operativa- del fenómeno de la migración irregular, como las diversas redes de organizaciones de la sociedad civil de la región.
Incluso, tan solo una pequeña red, una pequeña organización operativa trabajando en un solo país, en una sola franja territorial, puede realizar grandes cosas con muy pocos recursos financieros, con poco apoyo institucional-estatal y con poco apoyo político oficial.
En esto puedo hablar desde mi propia experiencia personal, participando en una pequeña red de voluntarios en dos municipios de Guatemala (uno situado en el centro del país y otro fronterizo con Honduras). Desde que comenzó la pandemia en el 2020 hasta inicios de este año 2022, sin financiamiento estatal ni de la cooperación internacional, hemos logrado recolectar varias toneladas de víveres, los cuales han sido entregados gratuitamente a familias de muy escasos recursos, muchas de ellas, con uno o varios miembros migrantes (8).
Las capacidades de estas organizaciones sociales se potencian aún más cuando se articulan a partir de redes y plataformas horizontales más amplias, en independencia de que tengan o no flujos permanentes de financiamiento oficial o de la cooperación internacional. Incluso el mero asistencialismo puede hacer una gran diferencia en familias al borde del colapso alimentario, particularmente, en países donde los Estados no brindan nada a la población vulnerable.
El “triángulo virtuoso” para atender el flagelo de la migración irregular
En torno al diseño de planes regionales de atención al fenómeno de la migración irregular, aún no se ha explorado a fondo las alianzas estratégicas de nuevo cuño entre tres actores clave; las agencias de Naciones Unidas con facultades y misión directa o indirectamente relacionada al fenómeno en cuestión (OIM, UNICEF, FAO, CEPAL, ONU/MUJERES, OIT entre otras), las entidades de la integración regional autonómica (en particular, las mencionadas anteriormente) y las organizaciones de la sociedad civil involucradas en la atención directa de la problemática (tanto las que trabajan en los países de origen como en los países de destino de los migrantes).
Cada región o sub-región tiene sus propias dinámicas y características particulares (en la frontera sur de EEUU; en la frontera norte de Mesoamérica; en los diversos “nódulos migratorios” que existen en Sudamérica (el Darién, entre Colombia y Panamá; entre Colombia y Venezuela; entre Perú y Chile; entre Bolivia y Chile y muchos otros puntos “calientes” de migración irregular).
Por “alianzas estratégicas de nuevo cuño” podría entenderse un enfoque de atención que supere la fragmentación (que atañe y aplica a entidades que van desde las propias agencias de la ONU, pasando por las agencias de integración regional hasta las organizaciones de la sociedad civil), es decir, que se supere el aislamiento institucional, la competencia y el protagonismo malsano; un enfoque regionalizado o sub-regionalizado en combinación con enfoques locales (a nivel nacional y municipal) y la articulación con planes, programas y políticas sistemáticas y permanentes a nivel supra-nacional, incluso, a nivel sub-continental.
A estas sugerencias se puede adicionar una más; la realización de una o varias conferencias internacionales orientadas hacia la adquisición de fondos frescos, con los cuales se podría empoderar un paquete de iniciativas regionales para instalar “corredores humanitarios” de atención integral a los migrantes irregulares.
De momento, como “plan piloto”, es evidente la urgencia de la implementación de uno de estos corredores en la región mesoamericana, lugar por donde hoy transitan en condiciones muy penosas decenas de miles de ciudadanos latinoamericanos, caribeños, asiáticos y africanos, en una indetenible y creciente espiral que en tan solo los últimos seis meses (de septiembre del 2021 a marzo del presente 2022), ha dejado la interceptación de alrededor de 1 millón 65 mil migrantes, según cifras de fuentes oficiales norteamericanas (9).
Estas cifras se estiman que subirán aún más a partir de la recién anunciada suspensión de las “deportaciones exprés” (conocidas y ejecutadas bajo el llamado “Título 42”) por parte del gobierno norteamericano, lo cual se teme aliente la conformación de nuevas “caravanas migrantes”, muchas de ellas integradas por gran cantidad de menores no acompañados), en tránsito hacia los EEUU.
En estas iniciativas, importantes líderes políticos progresistas de México, Argentina, Chile y Colombia entre otros, podrían jugar un rol protagónico muy importante, y de un conglomerado de entidades supranacionales como la CEPAL, OIM, CELAC, UNASUR, MERCOSUR y SIECA entre otras.
Notas:
- Incluso de numerosos ciudadanos asiáticos y africanos, que atraviesan miles de kilómetros antes de llegar a Brasil, desde donde transitan otros miles de kilómetros adicionales hasta llegar a las fronteras de México-EEUU.
- Algunos de estos estudios recientes que podemos mencionar son;
- Sin embargo, el drama tiene otra cara. No resulta tal solo para los que “se van”, también lo es para quienes “se quedan”, en especial, aquellos miembros de la familia más vulnerables que dependen económica y emocionalmente de los que emigran en condiciones de irregularidad.
- La guerra en Ucrania está provocando “degradación económica” en al menos 143 países, según el FMI (varios medios noticiosos).
- “Estudio: Huehuetenango es el epicentro de la migración de Guatemala a los EEUU”. Diario la Hora; https://lahora.gt/estudio-huehuetenango-es-el-epicentro-de-la-migracion-de-gt-a-ee-uu/
- “¿Qué busca EEUU al convocar a un pacto migratorio en el marco de la Cumbre de las Américas?” https://www.prensalibre.com/pl-plus/guatemala/migrantes/que-busca-ee-uu-al-convocar-a-un-pacto-migratorio-en-el-marco-de-la-cumbre-de-las-americas/
- “Plan de Desarrollo Integral para El Salvador, Guatemala, Honduras y el sur-sureste de México” https://www.cepal.org/sites/default/files/presentation/files/170921version_final_-2200pm.pdf
- Me refiero aquí a la “Red de Voluntariado ADINA”, creada en el año 2009. Blog oficial;
https://convivenciaalterna.wordpress.com/
- “¿Qué busca EEUU al convocar a un pacto migratorio en el marco de la Cumbre de las Américas?” https://www.prensalibre.com/pl-plus/guatemala/migrantes/que-busca-ee-uu-al-convocar-a-un-pacto-migratorio-en-el-marco-de-la-cumbre-de-las-americas/
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