Robert Daza, senador electo y líder campesino
Robert Daza, senador electo y líder campesino

Son horas de incertidumbre, de operaciones mediáticas y judiciales, de tensiones a flor de piel. Este domingo, el pueblo colombiano decidirá si, por primera vez en su historia, le abre paso a un gobierno progresista o si el modelo logra su continuidad disfrazado con un rostro nuevo. Los sondeos marcan un empate técnico entre Gustavo Petro y el controversial empresario Rodolfo Hernández. El Pacto Histórico logró aglutinar el apoyo de los partidos de centro-izquierda y a prácticamente todas las expresiones del campo popular, entre ellas el Congreso de los Pueblos que posicionó al líder campesino Robert Daza como senador electo.

Daza lleva 35 años defendiendo el agua, los ríos y los páramos, luchando contra la deforestación y el fracking en la explotación petrolera en el departamento de Nariño, suroccidente colombiano. Como dirigente del Coordinador Nacional Agrario (CNA), fue víctima de desplazamiento forzado, perseguido y encarcelado; ahora le toca llevar la voz del movimiento social a la institucionalidad. En esta entrevista con ALAI, analiza las diferencias entre Petro y Hernández, asegura que “ganaremos por unos 3 o 4 puntos” y advierte que “los factores de poder que controla el uribismo todavía siguen intactos”. Además, destaca la relevancia de esta elección para el futuro de América Latina y el Caribe. 

Gerardo Szalkowicz: Luego de los resultados de la primera vuelta se notó cierto desánimo en la militancia del Pacto Histórico, sin embargo luego se fueron retomando las expectativas de la mano de la mejora en las encuestas. ¿Cómo percibe el escenario de cara al balotaje?

Robert Daza: La primera vuelta nos mostró un equilibro dinámico de fuerzas, un empate técnico como se dice. Es cierto que se aspiraba a ganar en primera vuelta, que fue una ilusión de muchos integrantes del Pacto Histórico, pero desde la dirección de la campaña se sabía que no era posible. Sin embargo se dejó correr esa esperanza y eso causó cierto impacto de sorpresa y desaliento en nuestra base electoral.

Tras los resultados se corrió una idea de que automáticamente se sumarían los votos de Rodolfo (Hernández) y Federico (Gutiérrez), pero las encuestas están mostrando que no, es decir que ese cálculo que tenía la derecha no se está traduciendo en una sumatoria matemática sino que allí entraron a jugar otros elementos.

G.S: ¿Qué elementos se dieron para que ahora se hable de un empate técnico?

R.D: El Pacto Histórico está haciendo un trabajo que no hizo en la campaña para la primera vuelta, ser un poco más realistas y no tan triunfalistas. Hubo mucha gente que no salió a votar o se fue de paseo y no se hizo la afinación logística para que todo el mundo tuviera la oportunidad de votar, muchos sectores de la juventud que no está organizada no salieron a votar. Mucha gente votó por a Rodolfo como una opción de cambio, su discurso contra la corrupción llamó la atención a muchísima gente que no tenía muy claro su propuesta pero, como se dice, el pez muere por su boca. Su lenguaje grosero, descalificador, extremadamente violento, en algunos sectores gusta pero en la mayoría de la población no, y también su ataque verbal a algunas instituciones como la Corte o el Congreso. Una serie de factores que generan dudas en una parte del electorado que, si bien no va a votar a Petro, puede llegar a abstenerse.

G.S: ¿Arriesga algún resultado para el 19?

R.D: Creo que va a ser una elección bastante apretada pero que ganaremos por unos 3 o 4 puntos.

G.S: ¿Comparte la visión de que el uribismo fue el gran derrotado de estas elecciones?

R.D: Yo no diría eso. Si bien es cierto que hubo un rechazo al uribismo, los factores de poder que controla el uribismo todavía siguen intactos: las fuerzas militares, la mayoría de los medios, el empresariado, las mafias del narcotráfico… todavía hay un poder del uribismo y de la ultraderecha intacto. Lo que hubo principalmente fue un rechazo al gobierno de Iván Duque, a la política económica y los TLC que deterioraron la soberanía alimentaria, fueron acabando con las pequeñas empresas e industrias y llevando a la gente a la informalidad, el encarecimiento de los alimentos, la inseguridad, los escándalos de corrupción en el alto gobierno. Todo esto generó un malestar y un rechazo al gobierno, que fue puesto por el uribismo, y eso se expresó en las elecciones.

Y hay que aclarar también que Petro podría haber sacado muchos más votos si no fuera por la influencia fuerte de una campaña de miedo que los medios han infundido en la gente.

G.S: Rodolfo Hernández se viene presentando como un outsider que no es “ni derecha ni de izquierda”, y viene intentando despegarse del uribismo. ¿Dónde lo ubica ideológicamente y cuál cree que sería su relación con el uribismo en caso de llegar a la presidencia?

R.D: Rodolfo no era una persona conocida en el mundo de la política, era más conocido en el mundo de los negocios. Yo lo ubico en el espacio de la ultraderecha, por su comportamiento incluso tiene aires de dictador. Cuando dice que no va a hacer caso a las Cortes, al Congreso, que va a gobernar solo, es un pensamiento de extrema derecha, incluso fascista.

Seguramente no habrá una alianza tácita ni que esté documentada con el uribismo, pero de él no podemos esperar que modifique el modelo económico, los TLC seguramente se seguirán profundizando en detrimento de la economía nacional, en detrimento de la agricultura campesina, seguramente los programas sociales se van a deteriorar y se van a quitar derechos a los trabajadores. Veo una profundización del modelo económico neoliberal.

“Rodolfo cuando dice que no va a hacer caso a las Cortes, al Congreso, que va a gobernar solo, expresa un pensamiento de extrema derecha, incluso fascista”

G.S: El poder del narco-paramilitarismo, muchas veces por encima del resto de los poderes, es quizá el problema más grave del país y el principal desafío para el próximo gobierno. ¿Cómo cree que lo podrían abordar tanto Hernández como Petro?

R.D: Con un gobierno de Rodolfo no habría confrontación sino más bien habría la continuidad del poder de las mafias del narcotráfico. En cambio, en el programa de Petro plantea iniciar una ruta y buscar acuerdos con los sectores involucrados, para empezar a resolver ese tema, con propuestas concretas como brindar al campesinado alternativas a la siembra de hoja de coca o la regularización de la marihuana.

G.S: Muchos entendemos la irrupción de Francia Márquez como el elemento más novedoso y disruptivo en este proceso electoral. ¿Qué implica su figura y que le aporta al proyecto del Pacto Histórico?

R.D: Creo que si Petro tiene buenas chances de llegar a la presidencia es justamente por la presencia de Francia Márquez. Francia representa ese voto de conciencia política y de conciencia social, no es un voto por una persona sino por un proyecto de transformación de país, por el ambientalismo, por los derechos de las mujeres y las diversidades, del campesinado. Es decir, es un voto programático, político, incluso ideológico; Francia es la figura que seguramente seguiremos alimentando desde las organizaciones sociales para una futura presidencia.

G.S: Colombia viene siendo desde hace más de un siglo el principal punto de apoyo de Estados Unidos en América Latina. En ese sentido, ¿Cuál cree que es la importancia de estas elecciones para la región y cómo imagina la política exterior de ambos candidatos?

R.D: Así es, Colombia juega un papel protagónico dentro del contexto latinoamericano. Creo que si logramos ganar con Gustavo Petro seguramente aportaremos a consolidar el bloque de gobiernos alternativos, de sumar esfuerzos para la integración latinoamericana. La relación con EE.UU. no va a cambiar 180 grados pero tampoco vamos a ser su aliado principal. Además, se va a restablecer la relación con Venezuela y Colombia dejaría de ser el principal apoyo de EEUU en la región, dejaría de ser el principal aliado del imperialismo para tumbar al gobierno de Maduro. Tendríamos entonces mayores niveles de autonomía y autodeterminación.

Organizaciones populares y gobierno en América Latina: la esperanza colombiana

 

Con Hernández habría una continuidad: se mantendría ese relacionamiento con Estados Unidos y seguiríamos siendo punta de lanza de la dominación imperialista en América Latina.

G.S: ¿Cuál será su objetivo como senador, teniendo en cuenta que representa a un conjunto de organizaciones sociales?

R.D: Cualquiera que sea el resultado, como senador de la República voy a seguir liderando luchas sociales. Nosotros tenemos que seguir dando la pelea en la calle, construyendo poder popular, construyendo organización social, economía popular; ese es nuestro trabajo y pues nosotros vamos a llegar a la institucionalidad a tratar de conseguir algunos instrumentos de apoyo a esas luchas.