La aportación del Grupo II para el Sexto Informe sobre el Cambio Climático publicado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) fue publicada en febrero del 2022. Con un énfasis en la adaptación y la vulnerabilidad, este informe busca advertir de las consecuencias del cambio climático si no se toman medidas contundentes en un futuro próximo.

El cambio climático provocado por el ser humano ha ocasionado que los ecosistemas sean presionados más allá de su capacidad para adaptarse. Tan solo en la Antártida se han registrado temperaturas récord durante una ola de calor sin precedentes a pesar de ser conocido como el punto más frío del planeta. En los alrededores de la estación de investigación Concordia la temperatura llegó a los -11.5° Celsius, si bien no es una temperatura cálida como tal, es 38° C más alta de lo habitual en la zona.

El informe tiene mucha confianza al declarar que el cambio climático ha tenido repercusiones negativas en la salud de las personas (tanto física como mental). Desde el alza de las enfermedades provenientes de alimentos y agua por el calor extremo hasta traumas psicológicos a las víctimas de desastres naturales o pérdida de cultura y calidad de vida a causa de eventos climatológicos. Cerca de 3,300 millones de personas en el mundo son vulnerables a los efectos del cambio climático, lo que significa que 4 de cada 10 personas en el planeta sufren de primera mano las consecuencias del daño al medio ambiente.

Los efectos del cambio climático vienen en forma de tormentas más violentas, aumento del nivel del mar, acidificación de los océanos, pérdida de fauna marina en aguas dulces y saladas, sequías, deslizamientos de tierra, desaparición de diversas especies en tierra, aumento de incendios y extremos climatológicos, y, en consecuencia, incertidumbre en la seguridad alimentaria y de agua para la humanidad.

Como se había informado en notas anteriores, el Acuerdo de París tiene como objetivo que la temperatura del planeta no incremente en más de 1.5° C para evitar una pérdida importante de biodiversidad. No obstante, actualmente ya se elevó en un 1.1° C y tal parece que ahora las recomendaciones dadas por el IPCC dan por hecho que en lo que resta de la década se llegará a ese techo.

António Guterres, Secretario General de la ONU, declaró que ignorar el estado actual del medio ambiente y retrasar toda acción climática no sería más que una sentencia de muerte para la humanidad. Además, señaló que es indispensable que el uso de los combustibles fósiles desaparezca de una vez por todas y que es necesario mirar a las energías renovables como la “única vía”.

Esta década es crucial para abandonar el uso de los combustibles fósiles. De acuerdo con el Instituto Internacional de Desarrollo Sustentable, los países ricos deben terminar con la producción de petróleo y gas para el año 2034 si no quieren exceder el techo de 1.5° C. Para ello los más ricos, que producen más de un tercio del petróleo y el gas del mundo, deben reducir la producción en un 74% para 2030. Los más pobres, que abastecen apenas una novena parte de la demanda mundial, deben recortarla en un 14%. Los productores medios restantes deberán bajar su producción entre 43% y 18%.

Sin embargo, el consumo no parece bajar y es difícil que en un futuro próximo lo haga. Países como Rusia y Estados Unidos planean aumentar su producción de petróleo durante los siguientes años, lo que significa que la baja en el consumo de combustibles no parece cercana.

La “planificación de la adaptación” ahora es parte del discurso pues se entiende que no se pueden frenar los efectos del aumento de 1.5° C pero se pueden hacer mejoras para que los efectos negativos sean menores (o al menos no tan dañinos) y se aprovechen las oportunidades emergentes. Para ello, la concientización pública y política del cambio climático es crucial.

Los siguientes diez a veinte años son de suma importancia para el planeta. Las emisiones de CO2 deben bajar de manera constante y sostenida para tener efectos positivos en la calidad del aire, pero incluso en ese escenario el planeta tardaría otras tres décadas en volver a las temperaturas habituales.

El informe es una revisión cruda de los peligros del cambio climático, mismos que conllevan un aumento en las afectaciones a personas, asentamientos e infraestructura. El cambio climático ya afecta el sistema humano y natural, pero las decisiones que se tomen en los siguientes años determinarán el alcance de estas afectaciones. Es injusto que los países que más contaminan ignoren la cuestión climática cuando ellos son los responsables del deterioro ambiental.

Los países ricos movilizaron cantidades enormes de dinero en armamento para la guerra en Europa, pero se niegan a destinar recursos al cuidado del medio ambiente. El grupo del G7 había prometido 100 millones de dólares anuales para los países pobres para mitigar los efectos de la crisis climática (cantidad que nunca llegó) mientras solo Estados Unidos creó un fondo de ayuda para Ucrania de 1,400 millones de dólares. Para la guerra sí hay presupuesto, para el planeta no. La situación climática requiere acciones inmediatas y esta ventana de oportunidad debe ser aprovechada antes de que los cambios sean irreversibles.