El 15 de febrero de 1966 en Patio Cemento –en ese momento parte de uno de los corregimientos del municipio santandereano de San Vicente de Chucurí-, murió en su primer y único combate como guerrillero del ELN, el sacerdote Camilo Torres Restrepo. Una gran pérdida para las ciencias sociales, para la Iglesia Católica y para los sectores populares colombianos.
Camilo Torres era parte de una de las familias aristocráticas de la Bogotá de esa época. Primero quiso estudiar derecho y entró a la Universidad Nacional de Colombia, pero pronto abandonó esta intención y entró a adelantar sus estudios en el Seminario y se consagró como sacerdote. Una vez terminado sus estudios fue enviado a Lovaina en Bélgica a hacer estudios pos-graduales. Allí estudio sociología y adicionalmente conoció dos fenómenos que en su momento se vivían en Europa y lo impactaron mucho, la lucha de los argelinos por la independencia de Francia, pero especialmente la gran cantidad de grupos de solidaridad que se formaron entre la intelectualidad y los sectores progresistas para apoyar esta lucha; igualmente los llamados curas obreros que era la experiencia de grupos de sacerdotes que ensayaban vivir las condiciones en que vivían los trabajadores, especialmente los más deprimidos. Todo ello sin duda le abrió el panorama intelectual a Camilo Torres y al llegar de nuevo a Colombia era uno distinto al que se había marchado años atrás, más cualificado, más consciente de los problemas del subdesarrollo –para la época las teorías del subdesarrollo, eran muy utilizadas por quienes pretendían explicar las desigualdades entre países y al interior de los países-.
Al regresar Camilo Torres a Colombia fue nombrado Capellán de la Universidad Nacional y representante de la Iglesia Católica a la Junta Directiva del recién creado Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA). Posteriormente Camilo junto con Orlando Falsa Borda –quien venía de terminar sus estudios en los Estados Unidos- serán los fundadores de la Facultad de Sociología en la Universidad Nacional, la primera creada en Latinoamérica. Camilo fue un destacado académico, no sólo en su trabajo de extensión trabajando en los sectores populares de Bogotá con sus estudiantes de sociología, sino como analista de los impactos de la violencia en la sociedad colombiana. Uno de sus trabajos académicos más destacados fue un análisis sociológico de los cambios socio-culturales producidos por la violencia en las sociedades rurales colombianas. Igualmente Camilo Torres contribuyó a estructurar la recién creada Escuela de Administración Pública (ESAP) hecha en su momento a la imagen de la ENAP francesa.
Pero rápidamente va a ser influido por la dinámica de las luchas estudiantiles, especialmente de la FUN (Federación Universitaria Nacional) en ese momento y especialmente por los líderes de las Juventudes del Movimiento Revolucionario Liberal (JMRL), que eran de los más activos en la conducción de esas luchas y a su vez estaban muy cercanos al incipiente proyecto guerrillero del Ejército de Liberación Nacional que ya había hecho presencia pública con la toma de Simacota (Santander) el 7 de Enero de 1965, inspirado en las tesis de Ernesto Che Guevara. Es así como Camilo Torres va entrar progresivamente en tensiones con la Iglesia Católica, representada en el Cardenal de ese momento y va a llevar a Camilo a solicitar su reducción al estado laical para poder adelantar una actividad política amplia como lo deseaba.
Ya como laico va a crear el movimiento político Frente Unido que causa un gran impacto en la opinión nacional no sólo por el apoyo masivo del movimiento universitario nacional, sino de otros sectores populares y de la izquierda. Pero Camilo pensaba en un movimiento amplio que tuviera como base lo que él denominó los no alineados, para hacer referencia a aquellos sectores populares no adscritos a ningún partido o movimiento político. Pero Camilo concibió la acción política fundamentalmente como agitacional, porque para él en ese momento no había condiciones para la participación electoral; su consigna fundamental era ‘el que escruta elige’, colocando de esta manera en cuestionamiento la estructura excluyente del Frente Nacional, que sólo permitía ser elegidos a corporaciones públicas a liberales y conservadores y ellos eran solamente los que podían trabajar para el Estado. Sin duda era una democracia muy restringida la colombiana de ese momento.
Esas condiciones políticas del contexto y el temor a ser detenido, pues ya para ese momento era miembros del ELN, precipitaron la vinculación de Camilo Torres a la guerrilla a finales de 1965 y unos meses después su muerte violenta, perdiendo así Colombia a un gran líder.
Artículo publicado en ALAI el 15 de Febrero de 2015
Febrero 15 de 2015