En las últimas semanas, han tenido lugar sucesos en los Estados Unidos, que han alterado la atmósfera política vigente hasta hace poco más de un mes, introduciendo cambios en los estados de opinión de un segmento no despreciable de personas y afectando la percepción que hasta hace poco se tenía en relación con las elecciones de medio término del 8 de noviembre próximo.

Estos acontecimientos han significado resultados favorables para el Partido Demócrata y lesivos para el Republicano.

A favor de los primeros se ha producido un cambio en la percepción general, en el sentido que las cosas finalmente han comenzado a moverse y las promesas a cumplirse. Al respecto puede señalarse:

Finalmente, después de largas negociaciones con el senador Joe Manchin (D-WV), el Partido Demócrata llegó a un acuerdo y se llevó a votación un proyecto de ley al Congreso (Inflation Reduction Act of 2022) que contempla una buena parte del plan de Biden conocido como Build Back Better, el cual fue aprobado el 7 de agosto 51-50, con el voto favorable de la vicepresidenta Harris. La aprobación de esta ley permitirá a la Administración Biden realizar la mayor inversión que jamás se haya realizado en ese país para reducir los efectos del cambio climático y poder desafiar a través de Medicare los precios que actualmente imponen las grandes compañías productoras de medicamentos¹.

Pocos días después Biden logró la aprobación de un proyecto bipartidista (The Chips and Science Act), diseñado para estimular la confección de semiconductores en Estados Unidos.

Con apoyo bipartidista se aprobó el proyecto “Burn Pits Act” destinado a expandir beneficios médicos a los veteranos que habían resultado expuestos a vapores tóxicos en bases militares.

A finales del mes de junio, tras difíciles negociaciones con los republicanos, Biden logró la aprobación de un proyecto de ley bipartidista relacionado con el control de armamentos, que aunque muy lejos aún de contemplar aspectos esenciales que cuentan con apoyo mayoritario en la población, ha sido el más importante logrado en los últimos 28 años.

También, esta vez invocando sus poderes ejecutivos, Biden dio cumplimiento a su vieja promesa de aliviar la carga que representan los empréstitos a los que han debido acudir los estudiantes universitarios para poder hacer frente a los altos costos de sus carreras. Esta disposición ejecutiva eliminará deudas de hasta 20 mil dólares.

Concluyendo agosto, Biden viajó a Pennsylvania donde dio promoción a su plan Safer America para proveer de fondos federales a localidades que requieran emplear policías e invertir en prevención criminal y estrategias de salud mental. El Plan podría asumir hasta cien mil nuevos agentes y resulta sin dudas un sólido antídoto frente a los que acusan a los demócratas de débiles ante el crimen y de querer dejar sin fondos a la policía.

Además, el 1 de agosto Biden anunció que los Estados Unidos habían dado muerte en un ataque con dron a Ayman al-Zawairi, quien había asumido la jefatura de al-Qaeda tras la muerte de Osama bin Laden. Este anuncio, asumido como un gran triunfo, intentó y hasta cierto punto logró contrarrestar algo la desfavorable repercusión producida por la desastrosa retirada norteamericana de Afganistán.

Pero como suele ocurrir, la economía es el factor principal para la mayoría de los electores, y aunque algunos índices importantes han experimentado una ligera mejoría, tanto la situación que viven hoy los estadounidenses como las perspectivas para un futuro a corto y mediano plazo son bastante inseguras, y ello continúa siendo la causa fundamental de la baja aceptación con que aún cuenta la Administración Biden. Casi siempre las apreciaciones difieren bastante según la publicación que se trate y los expertos consultados; especialmente cuando se refiere a “especialistas” demócratas o republicanos.

Sin embargo algunos aspectos resultan menos cuestionables. La inflación, preocupación número uno de los norteamericanos, ha descendido ligeramente en las últimas semanas. El galón de gasolina, que llegó a estar en algunos estados por encima de los 5 dólares ha bajado en los últimos dos meses y está ahora alrededor de los 3 dólares con 50 centavos. Las cifras de desempleo continúan bajas, aproximadamente en un 3.5% que es de las más bajas en la historia del país.

Aunque débiles aún, los vientos actualmente soplan a favor de Biden y el Partido Demócrata. De cómo se proyecten en el presente mes de septiembre y en octubre dependerá en buena medida los resultados de las próximas elecciones, aunque no existe garantía que esta tendencia se sostenga. La guerra en Ucrania podría elevar nuevamente el precio de los combustibles. El precio de los alimentos apenas ha cedido y algunos economistas insisten en señalar la posibilidad de una cercana recesión de la economía.

Del lado republicano los vientos han soplado en dirección contraria. Donald Trump continúa dominando el partido, pero su dominio del mismo se ha visto algo disminuido en estos últimos meses. Si bien la mayor parte de los candidatos que él ha apoyado en primarias han ganado sus cotejos, otros han perdido. En algunos de los casos de los candidatos que han ganado, se trata de personas sin experiencia en política, extremistas que continúan insistiendo en que Biden no ganó las elecciones, e incluso a veces, de gente que ha participado de alguna manera o apoyado los sucesos del 6 de enero en el Capitolio. Por este motivo, algunos analistas esperan que, sobre todo en estados pendulares, más de uno pierda frente a sus oponentes demócratas. Las diferencias entre los republicanos más ortodoxos y tradicionales, y los trumpistas, a los que llaman MAGA (Make America Great Again), se han acrecentado, y se espera que probablemente un número no despreciable de ellos, al igual que de independientes, prefiera votar en noviembre por un demócrata moderado que por un MAGA extremista. A todo ello se suman los daños de índole estructural que sufrirá el partido.

Las diferencias entre los republicanos más ortodoxos y tradicionales, y los trumpistas, a los que llaman MAGA (Make America Great Again), se han acrecentado, y se espera que probablemente un número no despreciable de ellos, al igual que de independientes, prefiera votar en noviembre por un demócrata moderado que por un MAGA extremista

De hecho, Biden y muchos candidatos demócratas, están centrando sus campañas en los peligros que éstos MAGA representan para el país y los principios democráticos que lo rigen. En su reciente mensaje a la nación Biden dijo:

“La igualdad y la democracia están siendo asaltadas… Donald Trump y los republicanos MAGA representan un extremismo que amenaza los fundamentos de nuestra república, y no hay dudas de que hoy el Partido Republicano está dominado, manipulado e intimidado por Donald Trump… el asalto al Capitolio fue un intento fallido por impedir la transición pacífica del poder después de las elecciones de 2020 como preparación para las elecciones de 2022 y 2024″

Una reciente encuesta de NBC News, que aparece reflejada en el artículo de Ben White “Team Biden´s Dour Mood Eases as Gas Prices Fall” publicado en POLITICO el 29 de agosto, arrojó que la mayor preocupación que expresan tener los norteamericanos en estos momentos es “las amenazas a la democracia”, sobrepasando por primera vez en muchos meses a la economía y la inflación. Otra encuesta de CBS de principios de septiembre señala que el 64% de los encuestados opina que la violencia política aumentará en los próximos años. La retórica beligerante de Trump, con frases tales como “Biden es un enemigo del estado” y “hay que aplastar a esta vil clase política o el país será destruido” constituyen un constante alimento al fuego. No debe asombrarnos pues que tras los sucesos del Capitolio, una encuesta CBS/YouGov de enero de 2021 haya arrojado que el 49% de los republicanos considere “enemigos” a los demócratas y el 47% de éstos de igual manera a los republicanos.

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Otro acontecimiento que ha derivado en perjuicio para el Partido Republicano es la incursión del FBI en la residencia floridana Mar A Lago de Donald Trump para requisar documentos. Este hecho que en principio aunó a muchos republicanos en condenarlo, ha comenzado a resquebrajarse una vez conocido la enorme cantidad de documentos clasificados como secretos y muy secretos, algunos con información nuclear de otros países comprometiendo agentes o informantes, que sin autorización para ello, Trump conservaba en su casa, poniendo en riesgo la seguridad nacional. Si una vez concluido el trabajo de revisar los documentos se concluye que el magnate violó la ley de espionaje, no podrá volver a aspirar a la presidencia del país como todo parece indicar que pretende hacer.

Antes de pasar a analizar las primarias, echemos una mirada a un acontecimiento importante no atribuible directamente a ninguno de los dos partidos, pero que sin dudas tiene enormes repercusiones en las personas, particularmente las mujeres, y se verá reflejado en las elecciones de noviembre: la decisión de la Corte Suprema de Justicia del pasado mes de junio de revertir la ley conocida como Roe v Wade que garantizaba el derecho constitucional al aborto, propinando un golpe mortal a ese derecho alcanzado por la mujer 50 años atrás.

Un 63% de la población adulta estadounidense se ha manifestado en contra de esta medida², y particularmente entre las mujeres el por ciento debe ser mayor. Pero además, es un tema altamente sensible que seguramente movilizará a votar a un creciente número de electores, quienes expresarán sus posiciones votando en contra de los republicanos, que han sido los que en mayor medida siempre han estado en contra de esta ley, y los que han llevado a la Corte Suprema a los jueces conservadores que la revertieron.

Un avance de ello lo tenemos en unas recientes elecciones celebradas en el conservador estado de Kansas donde, para sorpresa de la mayor parte de los conocedores de estos temas, fue abrumadoramente derrotada una enmienda a la constitución estadual que pretendía negar el derecho al aborto. Se conoció que después de la decisión de la Corte Suprema el por ciento de mujeres que se inscribieron allí para votar se incrementó en un 70%. Algo similar ocurrió en otros 9 estados, con destaque para Pennsylvania y Ohio, aunque en porcientos no tan elevados como en Kansas. Una encuesta de Pew Research Center de agosto 23 reveló que el 56% de los electores registrados para votar consideran el tema del aborto como “muy importante” para estas elecciones de medio término, y algunos estiman que el tema ha energizado tanto a demócratas como a independientes.

Veamos cómo han repercutido todos estos acontecimientos en relación con las próximas elecciones de medio término en los resultados de algunas primarias y a través del criterio de los electores reflejados en varias encuestas.

En el artículo Turn out Surge Powered Democrats´NY Special Election Win – and Their Renew Hopes for November, de Jessica Piper, Ally Mutnick y Bill Mahoney publicado en POLITICO, el 24 de Agosto, los autores expresan que en el distrito 19 de New York se midieron el demócrata Pat Ryan y el republicano Marc Molinaro, en unas elecciones consideradas una especie de referéndum sobre Biden y su administración. Se esperaba la victoria de Molinaro, pero Ryan se alzó finalmente con la victoria con 2 puntos por encima de su rival. Lo más significativo fue el elevado número de demócratas que salieron a votar.

Similar el caso de otro distrito de New York, así como en contiendas que tuvieron lugar en Nebraska y Minnesota se esperaba se impusieron los aspirantes republicanos, pero por márgenes sorpresivamente estrechos ocurrió lo contrario, ya que los aspirantes demócratas obtuvieron varios puntos por encima de los obtenidos por Biden en el 2020 y los republicanos quedaron por debajo de los márgenes que obtuvo Trump.

Además, en Alaska, uno de los estados más republicanos del país (el cual Biden perdió por 10 puntos) la demócrata Mary Peltola derrotó en una elección especial para cubrir un asiento en la Cámara de Representantes, a Sarah Palin y otra republicana. Siendo la primera vez que en el estado que un demócrata gana unas elecciones para cubrir un cargo estatal.

Apreciaciones y pronósticos

En relación a cómo han repercutido los acontecimientos anteriormente mencionados en el criterio de los electores, tenemos que el importante índice de aprobación a la gestión del presidente Biden, que en el transcurso del primer semestre del año fue descendiendo hasta situarse por debajo del 40%, ha ido subiendo y se encuentra ahora alrededor del 44% según Gallup y 43% según Five Thirty Eight. Se aprecia un aumento de unos 5 puntos, algo que no suele ocurrir a pocos meses de unas elecciones de medio término, y que los expertos destacan, aunque señalen no perder de vista que un 53% de la población desaprueba su gestión.

Especialmente relevante, es que la aprobación, según Gallup y Morning Consult, de la gestión de Biden ha subido 9 puntos entre el importante segmento poblacional de los independientes.

Otro criterio que ha sufrido cambios es la percepción de la población en relación con el manejo de la economía por Biden. Esta ha subido 9 puntos desde julio, pasando del 28% al 37%.

También ha cambiado el importante elemento de la motivación para salir a votar. Diversas encuestas y opiniones de expertos ponen de manifiesto un notable incremento en la motivación de los demócratas por participar en los comicios del 8 de noviembre. Especialmente después, como consecuencia, de la reversión de la ley del derecho al aborto. Pero también por el peligro que representaría para la democracia y la seguridad del país un triunfo republicano. Generalmente, la falta de motivación y la poca asistencia a las urnas por parte del partido en el gobierno en las elecciones de medio término es una de las causas de las pérdidas que suelen sufrir en este tipo de elecciones. Algo que en esta ocasión podría no ocurrir.

No menos importante, como muestra de la repercusión de los últimos acontecimientos en el electorado, tenemos el cambio experimentado en el voto genérico. Éste, que hasta hace muy poco estuvo firmemente del lado republicano, según Amy Walter, del influyente Cook Political Report, en un artículo publicado el 6 de septiembre, está actualmente 47% a 43% a favor de los demócratas.

“la falta de motivación y la poca asistencia a las urnas por parte del partido en el gobierno en las elecciones de medio término es una de las causas de las pérdidas que suelen sufrir en este tipo de elecciones, algo que en esta ocasión podría no ocurrir”

Todo lo apuntado anteriormente conlleva sus correspondientes efectos en las valoraciones, opiniones y pronósticos en relación con las venideras elecciones de medio término.

En relación con la Cámara de Representantes, existe plena coincidencia de opiniones en el sentido que existe actualmente una atmósfera mucho más favorable para los demócratas que la que había hace dos meses. También hay unanimidad entre todos los expertos, analistas y prensa en cuanto a los pronósticos de que la Cámara de Representantes pasará a control republicano. Aunque unos pocos funcionarios demócratas retozan con la posibilidad de mantener el control de la Cámara Baja, y otros republicanos hablan de ganar 40 asientos o más, la casi totalidad del resto, que se basa más en análisis que en deseos, sólo difiere en la magnitud de la eventual victoria republicana, que oscila desde triunfos de un solo dígito hasta 30 asientos.

Factores que se consideran al respecto incluyen el hecho de que con sólo 5 asientos que pasen de demócrata a republicano sería suficiente para que estos últimos obtengan la mayoría. También el hecho de que 31 representantes demócratas no buscarán la reelección, por sólo 18 republicanos, constituye un elemento a tomar en cuenta considerando que los asientos con titulares defendiéndolos son menos susceptibles a cambiar de partido. Otro elemento importante en contra de los demócratas es el resultado final del gerrymandering o reconfiguración de distritos, pues finalmente los republicanos lograron beneficiarse de asientos en algunos estados, incluyendo Florida y New York donde finalmente predominaron. En Florida, las propuestas del gobernador De Santis y en New York los cambios introducidos tras el rechazo de los jueces a la propuesta demócrata.

Factores que favorecen a los demócratas también son señalados, como el hecho de que según el Cook Political Report, los candidatos demócratas presentan en general porcentajes de aprobación superiores a los del Presidente. Un elemento cuyo alcance e importancia resulta siempre muy difícil de valorar. En un artículo de Jessica Piper, publicado en POLITICO el 8 de septiembre bajo el título “GOP Donor pool unexpectedly shrinks as midterms near”, asevera que el número de personas que usualmente dona dinero a candidatos republicanos ha caído sorpresivamente en la primera mitad del año. Asimismo, la ya mencionada energización por salir a votar que se ha producido entre los demócratas, especialmente después de la reversión de la ley del aborto y de los peligros que representarían los republicanos MAGA en un mayor número de cargos políticos, es un factor a considerar.

El Cook Political Report de fines de agosto estima que 10 asientos demócratas tienen buenas posibilidades de pasar a republicano, mientras que sólo 3 republicanos se inclinan a pasar a demócrata. El Reporte concluye diciendo que si bien hace dos meses se estimaba que los republicanos ganarían entre 15 y 30 asientos, en la actualidad calculan que la ganancia será de entre 10 y 20 asientos.

Por su parte Sabato´s Crystal Ball plantea que sus análisis del pasado mes de julio otorgaban a los republicanos una ventaja de entre 18 y 20 asientos, y en estos momentos estiman que la diferencia a favor de éstos está en el orden de los 15 asientos.

Para Five Thirty Eight las posibilidades de los demócratas de ganar la Cámara, hace dos meses era del 13%, ahora es del 20%, y consideran a los republicanos favoritos para lograr la mayoría en la Cámara Baja en el orden del 75%.

Nathan Gonzáles, en un artículo publicado en ROLL CALL el 7 de septiembre considera la posibilidad de un triunfo republicano de un solo dígito. Apunta que una ventaja tan estrecha les haría la Cámara virtualmente ingobernable.

Todos estos expertos coinciden en afirmar que la situación y pronósticos actuales podrían cambiar en un sentido u otro, considerando que aún falta algo más de mes y medio para los comicios y esos días próximos siempre son determinantes. Pero sin plantearse la posibilidad de una victoria demócrata, salvo situaciones excepcionales actualmente inimaginables.

En relación con el Senado los estimados y pronósticos se presentan mucho más complejos. Recordemos que hay en juego 35 escaños: actualmente 14 en poder de los demócratas y 21 en poder de los republicanos. En un trabajo anterior de este autor publicado en el mes de junio, se consideraba que había 9 estados claves, todos o casi todos (en dependencia del criterio de diversos expertos) estaban en estados llamados pendulares, que serían los que resultarían decisivos en decidir qué partido controlaría el Senado. Esta consideración mantiene en estos momentos plena vigencia.

Los 4 estados demócratas son Arizona, Georgia, New Hampshire y Nevada, todos defendidos por senadores titulares. Los republicanos serían 5: Florida, Wisconsin, Pennsylvania, North Carolina y Ohio. De éstos solamente Florida y Wisconsin serán defendidos por senadores titulares mientras los otros 3 son escaños abiertos.

Brevemente echaremos un vistazo a la situación actual. Siempre teniendo presente que hasta estos momentos existen muy pocas encuesta y sondeos, con resultados en la mayoría de los casos con diferencias sumamente estrechas. Por lo que, en la práctica, no ofrecen margen de seguridad a considerar. De los demócratas, solamente en Arizona ha habido algunas encuestas con márgenes significativos a favor del titular. En los otros 3 estados apenas ha habido encuestas y sondeos, pero en todos los casos los resultados arrojan ventajas mínimas a los titulares, escaños que no obstante, sobre todo en los casos de Georgia y Nevada, siguen siendo considerados como vulnerables y actualmente como empatados en posibilidades, según el criterio de la mayoría de los expertos.

En el caso de los estados republicanos, en Florida Marco Rubio continúa disfrutando de una ventaja relativamente cómoda en las encuestas, aunque en las más recientes la diferencia entre él y la aspirante demócrata Val Demings se ha reducido (incluso a sólo 3 puntos en la última). Demings está recibiendo mucho apoyo de su partido y ha recaudado buenas sumas de dinero, además tiene prestigio pues fue jefe de policía anteriormente en Orlando, y una de las candidatas finales de la lista de Biden como posible compañera de fórmula. No obstante, por ahora Rubio sigue siendo considerado favorito.

En Wisconsin el titular Johnson no tiene mucho prestigio e incluso en algunos sondeos ha estado ligeramente por debajo del aspirante demócrata. No obstante, por ahora los pronósticos en Wisconsin favorecen al Partido Republicano. De North Carolina no hemos visto sondeos, pero ambos partidos tienen candidatos aceptables y en estos momentos las posibilidades se consideran en un 50-50 por ciento. Los casos de Pennsylvania y Ohio son diferentes. En el primero, el candidato demócrata es un hombre de izquierda pero con mucho prestigio en el estado donde es actualmente vicegobernador, mientras su rival es un médico presentador de un programa de televisión sin experiencia política alguna, que llegó sólo porque fue propuesto por Trump. Las encuestas realizadas hasta ahora otorgan al demócrata un margen favorable de hasta 18 puntos según encuesta de Public Opinion Stategies de agosto. Aunque algunos analistas lo ven 50-50, otros estiman que los demócratas ganarán Pennsylvania.

En el caso de Ohio se presenta una situación muy parecida, con la diferencia de que Ohio se ha inclinado claramente por los republicanos en los últimos años, por lo que se considera por algunos como empate y favorable a los republicanos por otros.

El veterano y conocido analista Charlie Cook, en su artículo The Coin is in the Air for the Senate, publicado el pasado 25 de agosto en el Cook Political Report dice: “Con relación al Senado la moneda está definitivamente en el aire. La Cámara Alta podría quedar 50-50 o cualquiera de los dos partidos ganar un asientos o dos por diferencias mínimas de votos”.

Por su parte Five Thirty Eight que en junio 30 daba a los demócratas un 47% de posibilidades de ganar el Senado, les está dando actualmente un 69%, y pronosticando 51 asientos demócratas y 49 republicanos.

Sabato´s Crystal Ball, en su último pronóstico considera 49 escaños para los demócratas, 49 para los republicanos y 2 empates (Georgia y Nevada).

Como están las cosas hoy, todos los especialistas coinciden en que finalmente lo que suceda en el Senado dependerá fundamentalmente de lo que ocurra en lo adelante en el país y en el marco de las elecciones en los estados claves. Aparentemente los cambios que han tenido lugar en la atmósfera política en las últimas semanas no parecen haber influido mucho en los pronósticos para la Cámara Alta, con la excepción quizás de Five Thirty Eight. Sin embargo, según vemos las cosas hay factores, como lo ocurrido con la ley del aborto, que deben contribuir en estimular a más personas a registrarse para votar por los candidatos demócratas. También la baja calidad de algunos de los candidatos republicanos y los temores que los extremistas MAGA inspiran, deben en alguna medida motivar a algunos electores, principalmente independientes, a votar demócrata. Esto que planteamos, considerando que las elecciones se decidirán por márgenes estrechos en estados pendulares, nos hace pensar que en estos momentos, aunque ligeramente, la balanza se inclina algo en dirección de un triunfo demócrata en el Senado.